Cuenta la leyenda que durante la construcción de esta enorme estructura, se necesitó la mano de obra de esclavos, entre ellos el amado de Meng Jiangnu, llamado Fan Xiliang.

En un valiente acto de amor, Meng logró salvar a Fan, para después casarse. Sin embargo, Fan fue encontrado, capturado y devuelto a los trabajos forzados, por lo que su amada regresó al sitio de construcción para escuchar una desgarradora noticia: él había muerto y su cuerpo había sido enterrado en la Gran Muralla. Triste, Meng se quedó junto al muro y lloró durante días y noches, hasta que la estructura se derrumbó y apareció el cuerpo de Fan.

Actualmente el templo de Meng Jiangnu se encuentra a cinco kilómetros al noreste de la fortaleza de la Gran Muralla de Shanhaiguan.