¿Has oído contar historias sobre brujas? ¿Qué opinas, crees que existen?

El relato que les contaré a continuación es parte de mi serie "Misteriosas historias paranormales de mi familia" me la contó mi abuelo materno, se trajeron de las experiencias vividas por su tía abuela, Matilde, quien afirmaba convertirse en una bruja sin saberlo.

Por: Mediyen "Aprendiz de Bruja" Por: Mediyen  "Aprendiz de Bruja"

Tradición Familiar

La tradición de contar cuentos de miedo se pierde en la historia de mi familia, pues todos sus miembros recuerdan estas dinámicas desde su temprana edad, en aquellas épocas sin electricidad y mucho menos radio o televisión. El abuelo decía que su tía abuela Matilde tenía cientos de historias terroríficas que contar, pero su preferida era como se había convertido en bruja sin darse cuenta.

Por: Mediyen "Lampara de aceite en la penumbra"

En aquellos tiempos, sin electricidad, aunado a los ruidos de la noche en esos pueblos rodeados de vegetación, sonidos de la briza atravesando las batientes ramas de los árboles, el cantar de los sapos, grillos, y aves nocturnas, un perro que ladra a lo lejos y uno que otro aullido; esta atmosfera nocturna era una invitación permanente a lo tenebroso.

Toda la familia reunida en la sala, cada sábado de luna llena, iluminados solo por la tenue luz de una lámpara de aceite, cada uno con el respectivo chocolate caliente, se disponía para la ocasión, como si se tratase de una puesta en escena. Aunque todos contaban sus experiencias paranormales, el abuelo no dejaba de alabar las grandes dotes de cuenta cuentos de su tía abuela, de su capacidad para transmitir y hacerles helar la piel con sus historias.

La tía abuela Matilde

La favorita de mi abuelo giraba alrededor de cómo su tía abuela se había iniciado en la brujería. Resulta Matilde escuchaba extraños susurros que la atormentaban, siempre durante la luna llena, estas voces la despertaban alrededor de las tres de la madrugada. Escuchaba voces susurrando que la llenaban de horror, comenzaba a gritar desesperada mientras se tapaba los oídos intentando no escucharlas, despertando a toda la familia quien no entendía lo que sucedía, pues ellos no oían nada. Al parecer ella había oído estas voces desde siempre, el abuelo aseguraba haberla oído decirlo desde que tenía uso de razón. Eran voces que nadie más podía oír. La familia pensaba que tenía zafado un tornillo.

A medida que se fue acercando a la adolescencia, Matilde aseguraba oír con más frecuencia las voces que antes solamente oía en luna llena, algunas noches despertaba gritando y en otras muchas no podía dormir, aquellos susurros la atormentaban con sus palabras extrañas e indescifrables, estas se fueron aclarando con el tiempo, y lo primero que dice haber entendido, fue la palabra Bruja le repetían continuamente al oído "bruja, bruja, bruja" pero esta palabra no la oía solo de los susurros; una anciana que vivía en la localidad y de la que muchos aseguraban era una bruja, cada vez que pasaba frente a ella le decía: “niña tú naciste bruja, nadie escapa de su destino”

Por: La Bruja Legendaria.Por: La Bruja Legendaria.

En la primera luna llena, justo un día antes del cumpleaños número 15 de Matilde. Estas voces se hicieron totalmente entendibles, ahora ya no la aterrorizaban como cuando era niña, tal vez solo se había acostumbrado a ellas, le decían que eran a la media noche al claro del bosque cerca del río. Matilde quiso contarles a sus padres, pero jamás le había creído y la tildaba de loca.

Cansada de esta situación, aunque llena de miedo tuvo que ir al lugar y hora indicada, tal vez sabría definitivamente el motivo de todo aquello ¿qué eran esas voces y porque le hablaron? Alrededor de las 11.40 Matilde se escabulle en medio de la noche hacia el claro del bosque cerca del río. La luna llena estaba gigante y brillante, un rayo se colaba entre los árboles iluminando el camino que le llevaba directo al punto indicado, de repente se dio cuenta de que todo estaba en absoluto silencio, parecía estar envuelta en un momento mágico y ya no tenía asustado

El encuentro Mágico

Conforme se adentraba en el bosque podía ver el camino iluminado por antorchas encendidas que la guiaban, al llegar al claro se encontró a un grupo de chicas desnudas bailando alrededor de una fogata mientras cantaban y gritaban alegres. Aunque le parecía muy extraño, sobre todo que estuvieran desnudas, Ella se sintió muy bien, pensó que era una fiesta, alguna celebración.

Estaba como hipnotizada, en éxtasis, todas aquellas mujeres eran jóvenes y hermosas, una de ellas se acercó a Matilde, la tomó de la mano y la presentó al resto como si ya la conocía, diciendo, hermanas, esta es la nueva integrante del aquelarre. Todas al unísono le dieron la bienvenida diciendo: "Bienvenida sea Matilde al aquelarre" Matilde cuenta que se sintió alegre, feliz, se integró al grupo, comenzó a bailar y cantar como las demás. Para ella fue el momento de mayor felicidad de su vida. Tomó y comió todo lo que le dieron esa noche.

Por: Mediyen "Iluminando el camino"

Por: Mediyen "Iluminando el camino"

Conjurando al demonio

Paran de bailar y empieza a repetir una frase que no se entendía, Matilde no sabe por qué, pero se ve inclinada hacer todo lo que hacen las demás chicas, así que se arrodilla alrededor de la fogata igual que todas y repiten la frase mientras se balancean cada minuto con más pasión e intensidad. De repente estrepitosamente una enorme bola de fuego cae del cielo aterrizando en el círculo, ante sus ojos una despampanante mujer emerge del fuego; era la bruja mayor; comienza a recitar unas palabras, mientras de una bolsa saca un gato negro vivo que echo en una paila con agua hirviendo que estaba en la fogata y que Matilde no había visto anteriormente

Cuando el gato estuvo tanto en el agua caliente que sus huesos se separaron de la carne, sacaron uno a uno los huesos tirándolos de la espalda, preguntando a la oscuridad ¿Es esto? Lo tiraban por encima del hombro para atrás conjurando al mismo demonio, de pronto la bruja mayor sacó un ojo del gato y gritó ¿Es este? Y en ese momento la tierra rugió como si fuera un terremoto, y empezó a abrirse una grieta grande por debajo de las aguas del río, de esa grieta salieron las brujas aprendices gimiendo como gatas, ofreciendo una poción a todas las que allí se encontraron. Matilde cuenta haber entrado en un profundo trance, del que tiene pocos recuerdos y muy confusos.

Pero la perspicacia del abuelo le decía que en esa historia había algo más que la tía abuela no quería contar, y así nos lo hacía saber, creando más misterio e intriga alrededor de aquella historia.

Yo también sospechaba que había sucedido algo más esa noche, y así me lo demostraron posteriores investigaciones que realice años después, así que entendí por qué la tía abuela no podía contarlo, sobre todo a menores de edad. Lo hacía para proteger sus mentes y sus vidas. Tal vez en una próxima entrega me decida a contar lo que descubrí de aquella noche y la vida de la tía abuela Matilde como bruja.

¿Y tú, tienes alguna historia paranormal en tu familia? ¿Te animarías a contarla?

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