En 1970 la Unión Soviética comenzó a cavar un agujero en Rusia para intentar perforar la corteza terrestre y ver qué había debajo, pero según los científicos perforar a tanta profundidad desprendería tanta roca tan rápidamente que desencadenaría fuerzas sísmicas nunca vistas. Después de excavar 12 km, desistieron debido a las altas temperaturas.

En 1989 un desertor soviético informó a la embajada británica de que la Unión Soviética estaba preparando armas biológicas con microorganismos patógenos mortales. Tras el colapso de la Unión Soviética, las armas nunca se utilizaron y, si lo hubieran hecho, tal vez no estarías leyendo esto porque habrían acabado con la mayor parte de la población mundial.

Los americanos intentaron utilizar hongos para dañar las cosechas con la intención de eliminar el suministro de alimentos de todo un país pero el problema era que si lo hacían el hongo se habría extendido no sólo a ese país en concreto sino a todo el mundo.