Te mentí, yo también sé jugar, al principio buscaba tu amor, ahora sólo me preocupo por mi satisfacción.

Al principio quería mirarme en tus ojos, refugiarme en tus brazos, quererte por las noches y amarte en las mañanas.

Me ilusioné como tonta colegiala, esperaba tus mensajes y anhelaba tu llamada; si sabía que iba a verte me arreglaba con esmero y tú ni lo notabas.

Me harté de tu indiferencia, de ser invisible para tus ojos, de ser buscada sólo cuando querías meterte entre mis sábanas.

Yo quería un amor bonito, tú buscabas con quién quitarte las ganas, enterré esos absurdos sentimientos y cerré mi corazón.

Ahora soy quien pone las reglas, me volví una hija de la fregada, te busco para que calientes mi cama y te echo de ella antes de que llegue el alba.

Tus mimos y cortejos dejaron de importarme, ahora me visto de lujuria y te exijo mil orgasmos. Si al desamor estamos condenados, mínimo exitados que nos lleve la fregada.

Tere Buendia.
Te mentí, yo también sé jugar, al principio buscaba tu amor, ahora sólo me preocupo por mi satisfacción. Al principio quería mirarme en tus ojos, refugiarme en tus brazos, quererte por las noches y amarte en las mañanas. Me ilusioné como tonta colegiala, esperaba tus mensajes y anhelaba tu llamada; si sabía que iba a verte me arreglaba con esmero y tú ni lo notabas. Me harté de tu indiferencia, de ser invisible para tus ojos, de ser buscada sólo cuando querías meterte entre mis sábanas. Yo quería un amor bonito, tú buscabas con quién quitarte las ganas, enterré esos absurdos sentimientos y cerré mi corazón. Ahora soy quien pone las reglas, me volví una hija de la fregada, te busco para que calientes mi cama y te echo de ella antes de que llegue el alba. Tus mimos y cortejos dejaron de importarme, ahora me visto de lujuria y te exijo mil orgasmos. Si al desamor estamos condenados, mínimo exitados que nos lleve la fregada. Tere Buendia.
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