ME RESISTO.

Aquí me tienes,
sin ganas de ceder,
tratando de resistir
a tus caricias,

a la rudeza de manos
y de tus brazos
que sin reparo
me sostienen con fuerza ,

al descaro de tus dedos ,
que a mí boca introduces
para humedecerlos
con mis ganas ,

si, busco fuerza
para resistir a ti,
pero te quiero
entre mis piernas
y es allí ,
a donde llevas tus dedos,
a donde sabes
que disfruto y te gozo,

si, me resisto a tu dominio,
pero caigo presa
de tus garras cuando
por detrás me sujetas ,

cuando te aproximas
a mí cuerpo entre forcejeos
y arrebatas mis jâdēos
al cruzar el umbral
entre mis nalgas,

si, me sometes a tu morbo,
te gusta tomarme
cuando pongo resistencia
y yo cedo ,
sin poder hacer nada ,

si, te complace arrancar
mis gritos y jädeôs
de placer cuando clavas
tu cuerpo al mío y hagan eco
en la habitación,

qué se yo de aquello
de oponerme a tu yugo,
solo sé que ardo en el charco
de tu tibieza blanquecina ,
esa que dejas escurriendo
por toda mi piel
y que me sabe a paraíso.

ME RESISTO. Aquí me tienes, sin ganas de ceder, tratando de resistir a tus caricias, a la rudeza de manos y de tus brazos que sin reparo me sostienen con fuerza , al descaro de tus dedos , que a mí boca introduces para humedecerlos con mis ganas , si, busco fuerza para resistir a ti, pero te quiero entre mis piernas y es allí , a donde llevas tus dedos, a donde sabes que disfruto y te gozo, si, me resisto a tu dominio, pero caigo presa de tus garras cuando por detrás me sujetas , cuando te aproximas a mí cuerpo entre forcejeos y arrebatas mis jâdēos al cruzar el umbral entre mis nalgas, si, me sometes a tu morbo, te gusta tomarme cuando pongo resistencia y yo cedo , sin poder hacer nada , si, te complace arrancar mis gritos y jädeôs de placer cuando clavas tu cuerpo al mío y hagan eco en la habitación, qué se yo de aquello de oponerme a tu yugo, solo sé que ardo en el charco de tu tibieza blanquecina , esa que dejas escurriendo por toda mi piel y que me sabe a paraíso.
5
0 Comments 0 Shares 805 Views
Sponsored