"Amnesia"

-¿Dónde estoy...? ¿Por qué me duele todo el cuerpo?
¿Qué rayos pasó?

Se preguntó mientras veía la sangre en su ropa y las heridas en su mano, ni siquiera él mismo podía recordar lo que había pasado, volteo hacia todos lados y no veía nada que le explicara lo que sucedía.

-¡¡Marisol!!

Gritó en un intento de recordar, tal vez su esposa sabía lo que pasaba, pero no estaba en la habitación, así que decidió buscarla, tal vez estaba en la cocina, como de costumbre por las mañanas, el aroma a café era envolvente y le fascinaba, se puso de pie como pudo, le costaba tanto trabajo que no podía creer el dolor que le causaba sentarse, le dolía todo incluso los brazos, pero consiguió levantarse y caminar hasta la cocina.

-Marisol... Amor, ¿Dónde estás?

Seguía gritando sin obtener respuesta, confundido y aterrado comenzó a caminar por la casa en busca de respuestas, a paso lento y muy temeroso llegó a la sala, no podía creer lo que veía, el retrato de su esposa estaba en el suelo roto.

-¡¡¡Marisol!!! ¡¡¡Mi amor!!! Por favor, dónde estás...

Se ahogaba en un llanto desesperado cayendo de rodillas cubriendo su rostro, de reojo pudo notar algo que le llamó la atención, había manchas de sangre por la alfombra, con una expresión de pánico en el rostro siguió gritando y buscando a su esposa por toda la casa.

-¡¡¡Marisol!!! Mi amor, ¿Dónde estás? ¿Qué hago? ¡¡Maldición!! ¿Dónde está mi Marisol!!

Entró a la recámara por 5ta vez, con esperanzas de encontrar una pista, un indicio que le dijera que es lo que había pasado, no lograba recordar nada, pero un intenso dolor de cabeza lo aquejaba, pensó lo peor...

Quizá un ladrón había entrado mientras dormían, quizá habían secuestrado a Marisol, nada tenía sentido, todo estaba en su lugar... Excepto... El arma.

-¡¡Si!! Alguien debió entrar anoche y debió llevarse a Marisol, debo llamar a la policía.... Pero necesito saber que ocurrió, ¡¡No recuerdo absolutamente nada!! ¡¡Rayos!!

Entró al baño para tomar una pastilla del botiquín, y lo que vió fue terrible... Más rastros de sangre por todo el lugar, la bañera y el piso, algo terrible le había ocurrido a Marisol, soltó un quejido hueco de miedo, sentía que ella estaba en problemas, olvidó por completo llamar a la policía, y de inmediato se puso a seguir el rastro de sangre, que llegaba hasta el sótano, siempre le tuvo cierto temor a ese lugar, los miedos reprimidos de su infancia siempre lo habían detenido a superar su temor, rápidamente, con la respiración agitada y el corazón latiendo al mil comenzó a bajar, el rastro de sangre seguía por las escaleras, así que se apresuró, al llegar, ahí estaba la puerta...

Esa puerta que tanto miedo le causaba, pero debía entrar, poco a poco fue entrando a aquel lúgubre sitió.

-¡¡¡Nooooooo!!!

Fue un grito terrible, un alarido lleno de miedo y tristeza, no podía creer lo que veía, ahí atada a un gran poste de madera estaba su esposa, con la cara desfigurada y sus ojos fuera de sus cuencas...

¿Quién podría ser tan vil para cometer tal salvajismo? ¿Qué persona tan sin escrúpulos sería capaz?

No lo comprendía, era una aberración, mirando hacia todos lados notó algo que le daría la respuesta a su pregunta, escondido entre la oscuridad estaba una caja llena de libretas y cintas de vídeo, reprodujo la que tenía la fecha del día anterior, asustado y llorando como nunca antes lo había hecho supo lo que pasaba, ahí estaba él, desmembrando el cuerpo de su esposa, y pudo ver también el esfuerzo que hizo por escapar, las heridas en su cuerpo eran las marcas que Marisol le había hecho en un intento fallido por sobrevivir al monstruo.

Entonces algo se apoderó de él en ese momento, no podía creer que él mismo hubiera asesinado a su esposa, pero... Su segunda personalidad salió a recordarle que no era la primera vez que lo hacía, había asesinado a 6 mujeres, sin siquiera recordarlo.
"Amnesia" -¿Dónde estoy...? ¿Por qué me duele todo el cuerpo? ¿Qué rayos pasó? Se preguntó mientras veía la sangre en su ropa y las heridas en su mano, ni siquiera él mismo podía recordar lo que había pasado, volteo hacia todos lados y no veía nada que le explicara lo que sucedía. -¡¡Marisol!! Gritó en un intento de recordar, tal vez su esposa sabía lo que pasaba, pero no estaba en la habitación, así que decidió buscarla, tal vez estaba en la cocina, como de costumbre por las mañanas, el aroma a café era envolvente y le fascinaba, se puso de pie como pudo, le costaba tanto trabajo que no podía creer el dolor que le causaba sentarse, le dolía todo incluso los brazos, pero consiguió levantarse y caminar hasta la cocina. -Marisol... Amor, ¿Dónde estás? Seguía gritando sin obtener respuesta, confundido y aterrado comenzó a caminar por la casa en busca de respuestas, a paso lento y muy temeroso llegó a la sala, no podía creer lo que veía, el retrato de su esposa estaba en el suelo roto. -¡¡¡Marisol!!! ¡¡¡Mi amor!!! Por favor, dónde estás... Se ahogaba en un llanto desesperado cayendo de rodillas cubriendo su rostro, de reojo pudo notar algo que le llamó la atención, había manchas de sangre por la alfombra, con una expresión de pánico en el rostro siguió gritando y buscando a su esposa por toda la casa. -¡¡¡Marisol!!! Mi amor, ¿Dónde estás? ¿Qué hago? ¡¡Maldición!! ¿Dónde está mi Marisol!! Entró a la recámara por 5ta vez, con esperanzas de encontrar una pista, un indicio que le dijera que es lo que había pasado, no lograba recordar nada, pero un intenso dolor de cabeza lo aquejaba, pensó lo peor... Quizá un ladrón había entrado mientras dormían, quizá habían secuestrado a Marisol, nada tenía sentido, todo estaba en su lugar... Excepto... El arma. -¡¡Si!! Alguien debió entrar anoche y debió llevarse a Marisol, debo llamar a la policía.... Pero necesito saber que ocurrió, ¡¡No recuerdo absolutamente nada!! ¡¡Rayos!! Entró al baño para tomar una pastilla del botiquín, y lo que vió fue terrible... Más rastros de sangre por todo el lugar, la bañera y el piso, algo terrible le había ocurrido a Marisol, soltó un quejido hueco de miedo, sentía que ella estaba en problemas, olvidó por completo llamar a la policía, y de inmediato se puso a seguir el rastro de sangre, que llegaba hasta el sótano, siempre le tuvo cierto temor a ese lugar, los miedos reprimidos de su infancia siempre lo habían detenido a superar su temor, rápidamente, con la respiración agitada y el corazón latiendo al mil comenzó a bajar, el rastro de sangre seguía por las escaleras, así que se apresuró, al llegar, ahí estaba la puerta... Esa puerta que tanto miedo le causaba, pero debía entrar, poco a poco fue entrando a aquel lúgubre sitió. -¡¡¡Nooooooo!!! Fue un grito terrible, un alarido lleno de miedo y tristeza, no podía creer lo que veía, ahí atada a un gran poste de madera estaba su esposa, con la cara desfigurada y sus ojos fuera de sus cuencas... ¿Quién podría ser tan vil para cometer tal salvajismo? ¿Qué persona tan sin escrúpulos sería capaz? No lo comprendía, era una aberración, mirando hacia todos lados notó algo que le daría la respuesta a su pregunta, escondido entre la oscuridad estaba una caja llena de libretas y cintas de vídeo, reprodujo la que tenía la fecha del día anterior, asustado y llorando como nunca antes lo había hecho supo lo que pasaba, ahí estaba él, desmembrando el cuerpo de su esposa, y pudo ver también el esfuerzo que hizo por escapar, las heridas en su cuerpo eran las marcas que Marisol le había hecho en un intento fallido por sobrevivir al monstruo. Entonces algo se apoderó de él en ese momento, no podía creer que él mismo hubiera asesinado a su esposa, pero... Su segunda personalidad salió a recordarle que no era la primera vez que lo hacía, había asesinado a 6 mujeres, sin siquiera recordarlo.
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