Me encanta verla así,
como mu ri en do,
como si le faltara oxígeno en sus pulmones, cansada, agitada y sudada,
con el cabello desordenado, cubriendo la almohada,
su cara, con el maquillaje corrido y los labios despintados,
con el cuello y sus se n0 s chupados,
lamidos, absorbidos y apretados.

Me gusta tenerla así,
con sus piernas sobres mis hombros,
con sus pupilas dilatadas y una que otra vez con sus ojos en blanco, gimiendo,
separandose los cabellos que se pegan a su cara sudada, que no la dejan ver bien,
con el maquillaje corrido y sus labios despintados.

Le gusta descansar sus piernas sobre mis hombros;
le tapo la boca con sus propias
bra ga s porque grita,
y no es que me moleste que grite,
pero disfruto más cuando gime,
arrancando desde sus entrañas el gemido mas ahogado,
el último.

Disfruto verla así,
tendida sobre la cama,
totalmente desn¥da con dos o tres estrias adornando su abdomen,
con las piernas apretujadas,
aferrandose a las sabanas,
como muriendo, como si pidiera ayuda,
como si se la estuviera llevando la
ching¶da,
mientras yo observo con detalle,
con el más minucioso de los detalles,
la veo,
la observo,
la contemplo,
como solloza,
como se le escapa el último de sus alientos,
como mu e r e,
y como vuelve a revivir...

Y como vuelve a ser mía.
Me encanta verla así, como mu ri en do, como si le faltara oxígeno en sus pulmones, cansada, agitada y sudada, con el cabello desordenado, cubriendo la almohada, su cara, con el maquillaje corrido y los labios despintados, con el cuello y sus se n0 s chupados, lamidos, absorbidos y apretados. Me gusta tenerla así, con sus piernas sobres mis hombros, con sus pupilas dilatadas y una que otra vez con sus ojos en blanco, gimiendo, separandose los cabellos que se pegan a su cara sudada, que no la dejan ver bien, con el maquillaje corrido y sus labios despintados. Le gusta descansar sus piernas sobre mis hombros; le tapo la boca con sus propias bra ga s porque grita, y no es que me moleste que grite, pero disfruto más cuando gime, arrancando desde sus entrañas el gemido mas ahogado, el último. Disfruto verla así, tendida sobre la cama, totalmente desn¥da con dos o tres estrias adornando su abdomen, con las piernas apretujadas, aferrandose a las sabanas, como muriendo, como si pidiera ayuda, como si se la estuviera llevando la ching¶da, mientras yo observo con detalle, con el más minucioso de los detalles, la veo, la observo, la contemplo, como solloza, como se le escapa el último de sus alientos, como mu e r e, y como vuelve a revivir... Y como vuelve a ser mía.
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