• Con él no solo era sexo.
    Aún cuando me tuviera de espaldas, levantando mi falda, poniendo su mano para tapar mi boca.
    Con él, no solo era tocarme y punto.
    Todo era un bendito ritual, me sentía plena y feliz al saber que sería suya.
    Con él, jamás fue saciar las ganas, cansar el cuerpo y ya.
    A él le hablé de mi infancia, de mis miedos, sueños y anhelos también. Le conté que de niña soñaba con salvar al mundo, y que siempre creí que la luna nos perseguía para cuidar nuestros pasos.
    Con él, no hizo falta quitarme la ropa para sentirme desnuda.
    Porque me ayudaba tanto a quitarme los miedos, que aún con ella, me sentía totalmente expuesta ante él.

    Con él no.
    Con él jamás fue predecible nada, absolutamente nada.
    De su mano descubrí una manera inmensa de querer, lo quise como jamás pensé que se podría querer a alguien.
    Con él descubrí que tengo infinitos en mi vientre, que mis manos pueden sujetarse a la vida mientras él esté arriba y que las estrellas tienen nombre si las nombramos los dos.

    Con él, olvide los viejos amores, las promesas mediocres, los corazones rotos y todo lo malo que me pasó antes; comencé a valorarlo solo porque lo tenía a él.

    Con él creí que si el fin del mundo llegaba, me iría tranquila, porque toda la felicidad la encontré en sus pestañas y pude conocer el paraíso cuando esos ojitos chulos me miraban.

    Con él no solo sentí orgasmos intensos. Con él, viví la vida intensa. Todo era intenso e inmenso entre nosotros.
    ¡Éramos la mejor demostración de amor, p u t a madre!
    ¡Sí que lo fuimos!
    Creí que nada era más fuerte que nosotros, estando con él me olvidaba que solo somos humanos, que también nos equivocamos, que en ocasiones el amor duele y no precisamente cuando estás en cuatro y te nalguea fuertemente.

    Con él me volví niña.
    Deje de ser mujer entre sus brazos.
    Él supo cómo quererme. Me escuchaba atento sobre todo lo que quería para mi vida, aunque a veces no comprendía ni una pizca, creía que estaba loca, pero decía que así me quería.

    Juntos, hicimos una lista infinita de trucos.
    Todo lo llamábamos magia, porque eso era yo para él.
    Yo lo llame muchas veces 'milagro', me rescató de días grises, y transformaba todo, solo con su voz.

    Con él no solo me sentía sexy, deseada, guapa, infinita.
    Porque aparte de eso, me hacía ver que lo que mejor me definía; era ser inteligente, capaz, fuerte, luchadora, guerrera.

    Con él fue amor.
    Apuesto que fue amor.
    Porque no me veía con nadie más.
    Porque con nadie me imaginé haciendo jugo de naranja un martes por la mañana antes de ir a trabajar.
    Porque a nadie quise darle tanto aparte de mi madre, hasta que lo ví llegar.
    Con él quería salir a coleccionar flores, bailar a media calle, incitarlo a hacerme el amor en plena carretera.
    Con él quería pecar y redimirme, porque no quería ir al infierno, él se acercaba más a lo que siempre creí que es el cielo.

    Con él, quise demostrarme que no siempre me equivoco.
    Y así fue.
    Porque aunque hoy no estemos juntos, descubrimos que hay gente que sana, que ama y sabe amar.
    Él y yo fuimos muy felices.
    Él y yo, pudimos con todo durante el tiempo que la vida nos permitió.

    ¿Y hoy?
    Hoy ya no más de nosotros.
    Hoy ya no nombramos a las estrellas juntos.
    Pero aún las veo sobre mi cama, cuando su recuerdo roza la punta de mis dedos.

    Hoy no todo está perdido.
    Porque con él, descubrí, que solo quiero que sea él.
    Y quién sabe si en otra vida, pero al menos en esta, el cometido se nos cumplió.
    Y si un par de años más tarde, nos encontramos por ahí; estaré segura que es él.
    Porque un hombre como él, no se olvida nunca.

    ? Todo lo que no fuimos.
    Con él no solo era sexo. Aún cuando me tuviera de espaldas, levantando mi falda, poniendo su mano para tapar mi boca. Con él, no solo era tocarme y punto. Todo era un bendito ritual, me sentía plena y feliz al saber que sería suya. Con él, jamás fue saciar las ganas, cansar el cuerpo y ya. A él le hablé de mi infancia, de mis miedos, sueños y anhelos también. Le conté que de niña soñaba con salvar al mundo, y que siempre creí que la luna nos perseguía para cuidar nuestros pasos. Con él, no hizo falta quitarme la ropa para sentirme desnuda. Porque me ayudaba tanto a quitarme los miedos, que aún con ella, me sentía totalmente expuesta ante él. Con él no. Con él jamás fue predecible nada, absolutamente nada. De su mano descubrí una manera inmensa de querer, lo quise como jamás pensé que se podría querer a alguien. Con él descubrí que tengo infinitos en mi vientre, que mis manos pueden sujetarse a la vida mientras él esté arriba y que las estrellas tienen nombre si las nombramos los dos. Con él, olvide los viejos amores, las promesas mediocres, los corazones rotos y todo lo malo que me pasó antes; comencé a valorarlo solo porque lo tenía a él. Con él creí que si el fin del mundo llegaba, me iría tranquila, porque toda la felicidad la encontré en sus pestañas y pude conocer el paraíso cuando esos ojitos chulos me miraban. Con él no solo sentí orgasmos intensos. Con él, viví la vida intensa. Todo era intenso e inmenso entre nosotros. ¡Éramos la mejor demostración de amor, p u t a madre! ¡Sí que lo fuimos! Creí que nada era más fuerte que nosotros, estando con él me olvidaba que solo somos humanos, que también nos equivocamos, que en ocasiones el amor duele y no precisamente cuando estás en cuatro y te nalguea fuertemente. Con él me volví niña. Deje de ser mujer entre sus brazos. Él supo cómo quererme. Me escuchaba atento sobre todo lo que quería para mi vida, aunque a veces no comprendía ni una pizca, creía que estaba loca, pero decía que así me quería. Juntos, hicimos una lista infinita de trucos. Todo lo llamábamos magia, porque eso era yo para él. Yo lo llame muchas veces 'milagro', me rescató de días grises, y transformaba todo, solo con su voz. Con él no solo me sentía sexy, deseada, guapa, infinita. Porque aparte de eso, me hacía ver que lo que mejor me definía; era ser inteligente, capaz, fuerte, luchadora, guerrera. Con él fue amor. Apuesto que fue amor. Porque no me veía con nadie más. Porque con nadie me imaginé haciendo jugo de naranja un martes por la mañana antes de ir a trabajar. Porque a nadie quise darle tanto aparte de mi madre, hasta que lo ví llegar. Con él quería salir a coleccionar flores, bailar a media calle, incitarlo a hacerme el amor en plena carretera. Con él quería pecar y redimirme, porque no quería ir al infierno, él se acercaba más a lo que siempre creí que es el cielo. Con él, quise demostrarme que no siempre me equivoco. Y así fue. Porque aunque hoy no estemos juntos, descubrimos que hay gente que sana, que ama y sabe amar. Él y yo fuimos muy felices. Él y yo, pudimos con todo durante el tiempo que la vida nos permitió. ¿Y hoy? Hoy ya no más de nosotros. Hoy ya no nombramos a las estrellas juntos. Pero aún las veo sobre mi cama, cuando su recuerdo roza la punta de mis dedos. Hoy no todo está perdido. Porque con él, descubrí, que solo quiero que sea él. Y quién sabe si en otra vida, pero al menos en esta, el cometido se nos cumplió. Y si un par de años más tarde, nos encontramos por ahí; estaré segura que es él. Porque un hombre como él, no se olvida nunca. ? Todo lo que no fuimos.
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  • Mujeres venezolanas: ejemplo de talento deportivo

    Entrando en contexto desde 1975, el 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Históricamente, la participación de las mujeres venezolanas en el deporte ha sido motivo de alegrías para la nación.

    En nuestro país, las féminas de las misma manera que son hermosas, sabias, talentosas y madres también practican y destacan en el deporte internacional.

    Esta vez daremos visibilidad a esas grandes mujeres que ya forman parte de la historia del deporte venezolano en muchas y diferentes disciplinas, reconocemos que son demasiadas y fue difícil reducir el listado a solo cinco grandes guerreras:

    Yulimar Rojas

    Hablar de Yulimar Rojas es sinónimo de progreso, perfeccionamiento y desarrollo, desde su debut a los 19 años en salto triple durante el Sudamericano de Atletismo ganando el oro en la competición no ha sido, sino, crecimientos en su carrera profesional.

    Más que nombrar su amplio palmarés donde ostenta ser tetracampeona mundial y medallista de oro olímpica en Tokio 2020 Yulimar es digno ejemplo de la mujer luchadora venezolana.

    Constancia, dedicación y sobre todo bastante humildad, es algo que caracteriza a la «Negrita del tumbao», que sin duda es un ejemplo para las mujeres venezolanas y del mundo.

    Lisbeli Vera
    Ni hablar de Lisbeli Vera, que contra todo pronóstico realizó récord mundial y Paralímpico en Tokio 2020 en el atletismo de 200m Categoría T47.

    La zuliana de 20 años se consagró como la única venezolana multimedallista en unos Juegos Paralímpicos tras obtener tres medallas.

    Su condición física no es ningún impedimento y demuestra que el querer es poder, dejando en alto a todas las guerreras criollas.

    Deyna Castellanos

    Deyna Castellanos (Foto: Twitter @deyna18)
    La venezolana de 22 años Deyna Castellanos, nacida en Maracay representa el sueño que muchas niñas quieren cumplir, llegar a ser futbolista profesional.

    Inició su paso por el fútbol desde los 5 años, en su palmarés ostenta dos campeonatos sudamericanos sub-17, siendo máxima goleadora de ambos torneos.

    Ha sido nominada a los premios The Best y Puskás con aquel recordado gol contra Camerún desde el centro del campo.

    Mayerlin la «Monita» Rivas

    Mayerlin Rivas (Foto: Twitter @BoxingFemNews)
    Mayerlin Rivas es reconocida como una mujer valiente en el ring y ejemplo de constancia y disciplina. Doble campeona del orbe de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) 118 y 122 libras (pesos gallo y supergallo). La criolla ostenta récord de 16-4-2; 10 triunfos por la vía rápida. Además, 6 peleas ganadas en MMA.

    La «Monita» tiene muy presente de donde viene. Las carencias en su barrio natal en Maracaibo no se le olvidan, tampoco los esfuerzos de su madre por darle un plato de comida. “El ayudarla a salir adelante y darle lo que no tuvo me hizo meterme en el mundo del deporte” aseguró en una entrevista a Triángulo Deportivo.

    Adriana Carmona

    Adriana Carmona en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 (Foto: Archivo)
    Nacida en el estado Anzoátegui, el 3 de diciembre de 1972, Adriana Carmona, es la mujer más premiada del taekwondo venezolano.

    Su proeza deportiva abarca medallas en dos Juegos Olímpicos y cuatro participaciones en el mayor evento deportivo internacional multidisciplinario; Barcelona 1992, Sydney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008.

    Carmona se convirtió en la primera deportista venezolana en alzarse con una medalla olímpica, alcanzada en Atenas, cuando se colgó el bronce en la división de los 67 kilos.

    Muchas guerreras
    Es difícil sólo nombrar 5 deportistas, ninguna está por encima de la otra, también otras mujeres venezolanas podrían estar en la lista como la ciclista de BMX Stefany Hernández, la atleta Robeilys Peinado o la icónica atleta paralímpica Naomi Soazo, lo cierto es que seguiremos recordando y homenajeando a aquellas mujeres que han hecho del deporte su profesión.
    Mujeres venezolanas: ejemplo de talento deportivo Entrando en contexto desde 1975, el 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Históricamente, la participación de las mujeres venezolanas en el deporte ha sido motivo de alegrías para la nación. En nuestro país, las féminas de las misma manera que son hermosas, sabias, talentosas y madres también practican y destacan en el deporte internacional. Esta vez daremos visibilidad a esas grandes mujeres que ya forman parte de la historia del deporte venezolano en muchas y diferentes disciplinas, reconocemos que son demasiadas y fue difícil reducir el listado a solo cinco grandes guerreras: Yulimar Rojas Hablar de Yulimar Rojas es sinónimo de progreso, perfeccionamiento y desarrollo, desde su debut a los 19 años en salto triple durante el Sudamericano de Atletismo ganando el oro en la competición no ha sido, sino, crecimientos en su carrera profesional. Más que nombrar su amplio palmarés donde ostenta ser tetracampeona mundial y medallista de oro olímpica en Tokio 2020 Yulimar es digno ejemplo de la mujer luchadora venezolana. Constancia, dedicación y sobre todo bastante humildad, es algo que caracteriza a la «Negrita del tumbao», que sin duda es un ejemplo para las mujeres venezolanas y del mundo. Lisbeli Vera Ni hablar de Lisbeli Vera, que contra todo pronóstico realizó récord mundial y Paralímpico en Tokio 2020 en el atletismo de 200m Categoría T47. La zuliana de 20 años se consagró como la única venezolana multimedallista en unos Juegos Paralímpicos tras obtener tres medallas. Su condición física no es ningún impedimento y demuestra que el querer es poder, dejando en alto a todas las guerreras criollas. Deyna Castellanos Deyna Castellanos (Foto: Twitter @deyna18) La venezolana de 22 años Deyna Castellanos, nacida en Maracay representa el sueño que muchas niñas quieren cumplir, llegar a ser futbolista profesional. Inició su paso por el fútbol desde los 5 años, en su palmarés ostenta dos campeonatos sudamericanos sub-17, siendo máxima goleadora de ambos torneos. Ha sido nominada a los premios The Best y Puskás con aquel recordado gol contra Camerún desde el centro del campo. Mayerlin la «Monita» Rivas Mayerlin Rivas (Foto: Twitter @BoxingFemNews) Mayerlin Rivas es reconocida como una mujer valiente en el ring y ejemplo de constancia y disciplina. Doble campeona del orbe de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) 118 y 122 libras (pesos gallo y supergallo). La criolla ostenta récord de 16-4-2; 10 triunfos por la vía rápida. Además, 6 peleas ganadas en MMA. La «Monita» tiene muy presente de donde viene. Las carencias en su barrio natal en Maracaibo no se le olvidan, tampoco los esfuerzos de su madre por darle un plato de comida. “El ayudarla a salir adelante y darle lo que no tuvo me hizo meterme en el mundo del deporte” aseguró en una entrevista a Triángulo Deportivo. Adriana Carmona Adriana Carmona en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 (Foto: Archivo) Nacida en el estado Anzoátegui, el 3 de diciembre de 1972, Adriana Carmona, es la mujer más premiada del taekwondo venezolano. Su proeza deportiva abarca medallas en dos Juegos Olímpicos y cuatro participaciones en el mayor evento deportivo internacional multidisciplinario; Barcelona 1992, Sydney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008. Carmona se convirtió en la primera deportista venezolana en alzarse con una medalla olímpica, alcanzada en Atenas, cuando se colgó el bronce en la división de los 67 kilos. Muchas guerreras Es difícil sólo nombrar 5 deportistas, ninguna está por encima de la otra, también otras mujeres venezolanas podrían estar en la lista como la ciclista de BMX Stefany Hernández, la atleta Robeilys Peinado o la icónica atleta paralímpica Naomi Soazo, lo cierto es que seguiremos recordando y homenajeando a aquellas mujeres que han hecho del deporte su profesión.
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  • Feliz día a todas las mujeres luchadoras ?
    Feliz día a todas las mujeres luchadoras ?
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  • Feliz día a todas las mujeres, virtuosas, luchadoras, valientes, madres
    Feliz día a todas las mujeres, virtuosas, luchadoras, valientes, madres
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  • Todas somos hermosas y luchadoras

    Feliz Día............

    #Mujer #Luchadora
    Todas somos hermosas y luchadoras Feliz Día............ #Mujer #Luchadora
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  • Felicidades en su día..... Mujer luchadora
    Felicidades en su día..... Mujer luchadora
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