El se-xo duro y el amor bonito
Que muerda tus labios mientras te besa a media calle, que te tome fuerte por la cintura, que meta mano debajo de tu vestido discretamente, que con sus dedos sienta tu humedad, que te susurre al oído todas las ganas que te trae, que se acerque un poco a tu cuerpo para que puedas sentir su erecci-ón.
Que lo puedas presentar con tu familia y que se lleve bien con ellos, que se reúnan y coman todos juntos, que te ayude a levantar la mesa, a barrer o lavar los trastes, que platique sobre ti con tu madre, que se siente en la sala y empiece bromear con tu padre y se tome una cerveza, que seas lo único y lo más importante para él.
Que en la habitación del hotel te amarre a la cama y te cubra los ojos para que se activen tus sentidos, que te desvísta lentamente, te saboree e imagines todo lo que está a punto de suceder mientras te va quitando la ropa interior. Estas desnuda disponible para él, que riegue un poco de chocolate sobre tu cuerpo para deborarte y te limpie el cuerpo con la lengua, que baje hasta tu vientre y te haga disfrutar de un delicioso oral mientras masajea tus pe-chos y tú aprietas los labios.
Que sin ser poeta te escriba algunos poemas que hablen de cuanto te ama y desea, un caballero detallista, que te mande flores al trabajo, que de vez en cuando te lleve algún dulce a casa, que sea tu enfermero cuando estás mal de salud, que sea tu apoyo en momentos difíciles, si te mira triste te haga sonreír, que sueñe una vida a tu lado, hacer proyectos juntos como comprar una casa, un auto o poner un negocio, que nunca se quiera alejar de ti, porque en ti lo encuentra todo.
En el interior la recámara, empiezan los cambios de roles. Que él sea tu amo y tú su sumisa, que te ponga frente al espejo para que veas tus gestos de exci-tación mientras te está pe-netrando, que te ordene ponerte sobre la cama en cuatro, tú te pondrás deseosa porque él esté dentro de ti, mientras sus dedos pasan rozando tu va-gina y sienta lo caliente que estas mientras que tú lanzas leves gemidos, pídiendole que te embista varias veces, que deje tus nal-gas marcadas y coloradas, que te cambie de posición para que te subas en él y menees las caderas mientras muerde tus se-nos.
Que al caminar juntos apriete fuerte tu mano, que se sienta orgulloso de tener una mujer como tú a su lado, nada de celos enfermizos que sólo desgasten la relación, que te envié cartas de amor en las fechas importantes, que viajen juntos, salir a bailar juntos, que te abrace y te sientas protegida, que sea tu amigo y te sepa escuchar, que confíe en ti, que te bese la frente antes de dormir, que se vuelva tu compañero de vida y que sueñe en que pueden llegar a viejos hasta mecerse en la misma silla. En las buenas, en las malas y en la calentura, juntos.
¡No lo niegues! También deseas el se-xo duro y el amor bonito.
El se-xo duro y el amor bonito
Que muerda tus labios mientras te besa a media calle, que te tome fuerte por la cintura, que meta mano debajo de tu vestido discretamente, que con sus dedos sienta tu humedad, que te susurre al oído todas las ganas que te trae, que se acerque un poco a tu cuerpo para que puedas sentir su erecci-ón.
Que lo puedas presentar con tu familia y que se lleve bien con ellos, que se reúnan y coman todos juntos, que te ayude a levantar la mesa, a barrer o lavar los trastes, que platique sobre ti con tu madre, que se siente en la sala y empiece bromear con tu padre y se tome una cerveza, que seas lo único y lo más importante para él.
Que en la habitación del hotel te amarre a la cama y te cubra los ojos para que se activen tus sentidos, que te desvísta lentamente, te saboree e imagines todo lo que está a punto de suceder mientras te va quitando la ropa interior. Estas desnuda disponible para él, que riegue un poco de chocolate sobre tu cuerpo para deborarte y te limpie el cuerpo con la lengua, que baje hasta tu vientre y te haga disfrutar de un delicioso oral mientras masajea tus pe-chos y tú aprietas los labios.
Que sin ser poeta te escriba algunos poemas que hablen de cuanto te ama y desea, un caballero detallista, que te mande flores al trabajo, que de vez en cuando te lleve algún dulce a casa, que sea tu enfermero cuando estás mal de salud, que sea tu apoyo en momentos difíciles, si te mira triste te haga sonreír, que sueñe una vida a tu lado, hacer proyectos juntos como comprar una casa, un auto o poner un negocio, que nunca se quiera alejar de ti, porque en ti lo encuentra todo.
En el interior la recámara, empiezan los cambios de roles. Que él sea tu amo y tú su sumisa, que te ponga frente al espejo para que veas tus gestos de exci-tación mientras te está pe-netrando, que te ordene ponerte sobre la cama en cuatro, tú te pondrás deseosa porque él esté dentro de ti, mientras sus dedos pasan rozando tu va-gina y sienta lo caliente que estas mientras que tú lanzas leves gemidos, pídiendole que te embista varias veces, que deje tus nal-gas marcadas y coloradas, que te cambie de posición para que te subas en él y menees las caderas mientras muerde tus se-nos.
Que al caminar juntos apriete fuerte tu mano, que se sienta orgulloso de tener una mujer como tú a su lado, nada de celos enfermizos que sólo desgasten la relación, que te envié cartas de amor en las fechas importantes, que viajen juntos, salir a bailar juntos, que te abrace y te sientas protegida, que sea tu amigo y te sepa escuchar, que confíe en ti, que te bese la frente antes de dormir, que se vuelva tu compañero de vida y que sueñe en que pueden llegar a viejos hasta mecerse en la misma silla. En las buenas, en las malas y en la calentura, juntos.
¡No lo niegues! También deseas el se-xo duro y el amor bonito.