Una vez más abrí los ojos a un mundo al cual ya no pertenecía… ¿Qué clase de vida podría tener un abogado que todos odiaban por ganar siempre los juicios, ahora mutilado en una cama de hospital y con 35 muertes en sus manos? Ya esto no es vida…

Todos los que una vez me apoyaron ahora estaban muertos, todos me dieron la espalda, me humillaron, en resumen, me habían dado una gran estocada con la peor de las armas justo en mi espalda, ellos me traicionaron por ganar el mejor caso de mi vida, por desenmascarar a un político y ganarme el respeto de muchos y el odio de todos a mi alrededor. Ahora ellos estaban pudriéndose en el mismo infierno a donde próximamente estaré yo. Aun siento como mi piel apesta a carne podrida y frita a pesar de todos los tratamientos médicos a los cuales he sido sometido, esperando que la muerte llegue lo mas pronto posible.

Solo una semana es lo que llevo después de la gran masacre como fue titulado en los noticieros, bueno, por lo que he podido escuchar debido a que mis ojos no son los mismos debido a el accidente, mi esposa como suelen decirle todos, aun viene todos los malditos días a lloriquear a mi lado esperando que no recuerde nada y que la exima de sus pecados, como si yo fuera una deidad o algo así, que con solo decir “tranquila te perdono” resolvería su mísera y prostituida existencia. A pesar de que estoy en este estado tengo a un escolta al parecer de la policía vigilándome día y noche, como si un lisiado pudiera salir caminando por la puerta principal del recinto en el que me encuentro. Su cara es familiar aunque no recuerdo de donde y se que en ocasiones a hablado sigilosamente con la hipócrita de mi esposa pretendiendo que yo no estoy allí aunque de todas formas no puedo escucharles del todo bien.

Hoy se cumple una semana desde el día que perdí al amor de mi vida incluyendo a mi auto, mis extremidades y mi aparente libertad; en realidad solo me acompañan mis pensamientos, tratando de descifrar que habla ella con el guardia y porque siempre viene con unos documentos en la mano, en fin, hoy es un nuevo día. Ya ha empezado la rutina diaria solo que esta vez ella no llora y me mira fijamente sin apartar los ojos de los aparatos a los cuales estoy conectado, ya lleva tiempo así, el vigía que en ningún momento se apartaba de mi misteriosamente se despidió de ella dándole un pequeño estuche que abre a cada momento mirando con ansiedad su contenido con una sonrisa malévola. Ahora no logro verla aunque me susurra “es hora de que pagues por todo el mal que me haz hecho”…

Siento una extraña sensación, aunque puedo recordar, que quien me vigila es el mismo que me saco del carro al momento del accidente, era mi hermano disfrazado para sacarme entre la confusión. ¡Maldita sea! me engañaron como a un niño, los documentos que ella llevaba siempre eran los del seguro de vida al cual me había afiliado, se que conocía esa carpeta de alguna parte, ahora ella se quedaría con todo ese dinero.

Cada vez mis recuerdos se vuelven mas claros, el golpe afecto mi memoria, pero eso ya no vale de nada, aparentemente ella me enveneno, ya no siento mas dolor, solo percibo un calor insoportable, un gran olor a azufre y la misteriosa figura de mi difunta amada que me acompaña y señala un cartel que se encuentra sobre el umbral de una misteriosa puerta negra que dice “ABANDONE TODA ESPERANZA”…


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Solo en una noche oscura, con cielo rojizo, una gata de extraños ojos blancos incandescentes y un oscuro árbol frondoso eran los únicos testigos del jugueteo sexual de una pareja. Ellos sellaban un pacto de destrucción sobre la maletera de un Dodge Charger 68 negro, en perfecto estado pese a tener treinta años en el asfalto, mientras una neblina espesa cubría el paraje recóndito donde se encontraban, enfatizando la entretenida disputa, física y psicológica, en la cual se debatían al buscar respuestas. Sus ropas caían al suelo, jurándose que ahora, todos quienes los habían humillado pagarían caro tales ofensas y recordarían sus nombres mas allá de la muerte, se sintieron casi dioses cuando decidían qué hacer con cada una de sus víctimas. La lluvia caía sobre sus cuerpos y la gata aún los observaba, seguía cada movimiento con sus ojos penetrantes, pero fue ignorada en dicha escena pseudo-romántica donde sólo la lujuria y el desenfreno agobiaban la mente de sus protagonistas.

Ambos entendieron que el gran error de sus vidas había sido conocerse, ya que el espiral de conflictos comenzó después de su unión, aún no entendían el por qué, pero estaban todavía allí…Sobre el flamante auto oscuro, con sus ojos cada vez más llenos de ira y deseo sin entender cuando la existencia se había convertido en todo esto: Muertes repentinas, conflictos, fracasos, decepciones, pero ellos seguían juntos, a pesar tener cada uno tenía su pareja supuestamente estable en apariencia.

Entre su profundo trance él se dio cuenta que estaba solo, sin nadie a su alrededor, observado por un par de ojos que irradiaban una luz propia cada vez más intensa, mientras el vehículo se volvía una masa ridículamente esponjosa, la cual lo envolvía sin que pudiera soltarse de ella, se hizo imposible mover sus extremidades para lograr salir de esa prisión. La mirada de la gata se hacía más intensa, trajo dolor y recuerdos a la mente de aquél hombre confuso y atormentado, imágenes de gente sufriendo y mucha sangre, aparentemente de las personas de las que pensaban vengarse. La última imagen que vio eran unos paramédicos que lo sacaban de una gran bola de fuego y metal retorcido, le decían que no había ninguna salvación para los ocupantes del vehículo. Así, quedó totalmente deslumbrado por los ojos brillantes que le observaban. Se dio cuenta que estaba en una camilla de un hospital, envuelto en plástico oscuro, mutilado, sin brazos ni piernas y un extraño olor a carne quemada. Entendió, por fin: Los ojos de la gata eran el resplandor que se dejaba colar entre los dientes del cierre de la bolsa, donde los forenses lo habían envuelto. Recordó todo lo ocurrido: La masacre realizada, en el sitio donde el trabajaba, las súplicas de sus víctimas, la sangre derramada y la risa de su cómplice de amoríos y holocausto laboral, con quien se estrelló contra una pared a alta velocidad, cuando fueron perseguidos por la policía, tras haber cometido los dichosos homicidios.

Entre su pánico, incertidumbre y dolor dedujo que todo había sido el recuerdo de la noche anterior, tiempo en el cual había estado con tal vez la única persona que lo comprendió y lo acompaño, a pesar de no tener un título como pareja, quien demostró ser su verdadera amiga, sin importar esa llorosa persona que se encontraba en el lateral de la camilla donde se encontraba su cuerpo en un estado de letargo doloroso, y el cadáver de “La Querida”, como dijeron los pocos sobrevivientes a la masacre. Esa mujer que se lamentaba era su esposa, su supuesta compañera de vida, quien le había sido infiel con su hermano y estaba a punto de divorciarse desde hace un año.

Allí, se encontraba el perpetrador, debatiéndose entre dejar que la muerte se lo llevara en sus brazos o gritar y enfrentar el peso de la ley por haber acabado con la vida de 35 almas, incluyendo a una gata negra que quedó aplastada entre los escombros de la pared de esa casa, destruida con su deportivo, el mismo que estuvo horas antes en perfecto estado.

Creditos Kennett Colmenarez

Mamá me manda a dormir después de despedir a papá, él trabaja de noche en una fábrica, dice que me duerma temprano o el viejo del costal vendrá por mí lleva diciéndo eso desde hace unos meses.

-llega en medio de la noche...de la oscuridad, se mete en la casa y se lleva a los niños desobedientes y traviesos que están despiertos después de que sus papás los mandan a dormir, es un ser horrible, más demonio que hombre mide dos metros, usa ropa vieja y sucia, huele a azufre y huevo podrido, su cara está quemada y derretida por el fuego del infierno y su saco es una puerta a la condena eterna...cualquier niño que entra en el...no vuelve a salir nunca y no vuelve a ver a sus papás jamás-.

Es lo que mamá dice del hombre del costal, cada noche me duermo a las nueve en punto con tal de que no me lleve ese horrible señor. Aún así van varias veces que me despierta al e entrar a casa, sube por las escaleras y camina por el pasillo, se detiene afuera de mi puerta justo cuando cierro los ojos y me duermo, ayer le platique a papá pero no me hizo caso e incluso dijo que si no obedecía a mamá, alguna vez si me llevaría, papá me ha enseñado a ser valiente a no tener miedo, !soy el hombre de la casa cuando él no esta¡ si vuelve a entrar !debo enfrentarlo¡

Esa noche sin que mis papás se dieran cuenta tome un cuchillo de la cocina, el más grande y filoso que pude esconder bajo mi almohada, finjo dormir cierro los ojos y espero hasta casi la media noche cuando se escuchan sus pasos...ahí está oigo sus pisadas subir las escaleras, caminar por el pasillo y quedarse quieto, con calma y con el mayor cuidado abro la puerta y me asomo, ¡ahí esta lo veo! Es peor de lo que decía mamá, es enorme y corpulento huele a tabaco y vino esta de pie afuera de la recamara de mis padres... creo que va por ella tal vez no se ha dormido temprano, ¡no dejaré que se la lleve! ¡que le haga daño¡ me acerco por su espalda, esta tan distraído viendola que no se percata de mi presencia...

-a ver si la entiendo señora dice que su hijo de siete años mato a cuchilladas a su amante ¿ porque creía que era el coco?-

Le pregunta un policía.

El hombre del costal derechos de autor Oswald Reed

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